Dejar atrás algunas comodidades o muchas, descartar de plano los esquemas tradicionales para un viaje, hoteles cuatro o cinco estrellas y dejar los afanes y la dictadura de un itinerario predeterminado por otros, para dejarse llevar por el ritmo que el destino imponga.
Esas son características del viajero no tradicional, independiente o mochilero como también se conocen.
Hoy en una ciudad como Medellín es común ver ya personas, especialmente jóvenes y extranjeros que de camisetas, o camisas de fibras ligeras, bermudas, tenis o sandalias recorren la ciudad con un morral a sus espaldas. Y también se están haciendo más populares los sitios de llegada, hostales, o pequeños hoteles muy económicos casi siempre que son su lugar de estadía.