Thomas Piketty no había cumplido 27 años cuando se publicó la primera edición de La economía de las desigualdades, un breve tratado sobre las leyes económicas que explican la desigualdad.
Desde que El capital en el siglo XXI lo convirtió en una estrella de la economía mundial, el francés Thomas Piketty no ha vuelto a hablar de sus padres. Tal vez porque recordarlos hoy sería regalar a los conservadores de EE.UU. la excusa perfecta para hacerlo salir de una vez por todas del grupo de lecturas posibles. Papá y mamá Piketty militaron en el partido trotskista Lucha Obrera, soñaron con el Mayo Francés del 68 y terminaron abandonando París para criar a sus hijos entre cabras y montañas. ¿Hace falta algo más para despertar una sonrisa escéptica en la ortodoxia académica estadounidense?