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¿Por qué nuestras horas tienen 60 minutos?

¿Sabes por qué usamos fracciones de 60 para contar nuestro tiempo?



 Es una práctica que llevamos arrastrando desde hace milenios y su origen está en nuestra misma mano.  
Hoy te explicamos qué es y como funciona el sistema sexagesimal que empleamos en la actualidad.

Si día a día el tiempo se te escurre de las manos tal vez nunca te hayas parado a pensar en un detalle llamativo: ¿por qué lo hace en fracciones de 60 minutos? A estas alturas puede que ya te parezca lo más normal del mundo, pero no deja de ser un hecho curioso cuya razón se encuentra en el llamado sistema sexagesimal.

Este sistema es parecido a nuestro sistema decimal, el que todos conocemos, pero con base e 60 y viene acompañándonos desde hace varios milenios. Pero más allá de los detalles técnicos de los que hablaremos más tarde ¿por qué decidimos usarlo en vez de contar en fracciones de 10 o de 100, por ejemplo? Es más, este mismo sistema sexagesimal es el que usamos en la medición de los ángulos y coordenadas geométricas. Veamos el porqué.

En qué consiste el sistema sexagesimal
Antes de entender el porqué el primer punto es saber qué es. Al igual que nosotros contamos hasta 10, el sistema sexagesimal utiliza una base de 60 para hacer las combinaciones necesarias. De hecho el sistema sexagesimal es al igual que nuestro decimal un sistema posicional, es decir, que la posición de los números influye en su valor. Por ejemplo el 2 es mayor que 1 al mismo tiempo que es menor que 22. Pero a diferencia de nuestro sistema este es capaz de dividir un número en 60 porciones de orden menor.


Así son los numeros babilonicos, en base 60. Fuente: Wikimedia.

Actualmente, ya que nuestro sistema es decimal, hemos llegado al consenso de escribir los números que conocemos para tratar de representar los del sistema sexagesimal gracias al uso de los dos puntos. Por ejemplo 15:30, ¿os suena? Efectivamente así es como marcamos las horas en digital, pero también podemos utilizarlo para operaciones aritméticas con ángulos y cualquier otra cifra en decimal. Un detalle curioso, como habréis visto en portada el pasar a sistema métrico moderno se asocia a la excentricidad cultural y científica. En el capitulo "Ellos salvaron el cerebro de lisa" (Temporada 10, capítulo 22), Skinner explica que en su nueva tecnocracia han conseguido no solo que todos los trenes lleguen a tiempo, sino que funcionen en el sistema métrico estándar.

El origen del sistema sexagesimal
Vale, muy bien, ya sabemos qué es pero ¿por qué lo usamos? Todo el asunto viene desde hace muchísimo tiempo. Desde tiempos babilonios de hecho. Hace varios milenios fue gracias a esta cultura que se asentó el sistema sexagesimal. Cada cifra, desde el 1 al 60, tenía su propio grafema, o símbolo (el número). El sistema en sí se remonta a la manera de contar con los dedos. Efectivamente, todo comenzó contando con el dedo pulgar las tres falanges del resto de la mano (es decir 3 falanges por cuatro dedos). Si levantamos un dedo la otra mano, que está libre, cada vez que llegamos a 12, que es el número total de falanges, llegamos a 60. Así de sencillo.

Lo que a nosotros nos parece un tanto extraño es sin embargo lo más lógico del mundo para alguien que quiere contar con las manos. Pero claro, este sistema no se quedó ahí, ni mucho menos. La razón de que haya llegado a nuestros días es que su uso fue propio de materias más sublimes, o no tanto. En primer lugar el 60 por las razones que dábamos antes se considera un número "redondo" para realizar negocios. Por otro lado, el año en el El uso de la base 60 se remontaría a contar las falanges de nuestros dedosCreciente fértil se dividía en 360 días, que como comprenderéis tiene mucho que ver con nuestros 365 días y además es un múltiplo del 60.

Más tarde, el sistema sexagesimal se convertiría en la base de la astronomía, una ciencia que los babilonios dominaban bastante bien. El círculo estaba dividido en 360 grados y cada grado correspondía a un dios. En aquel entonces ciencia y divinidad eran elementos indivisibles lo que cimentó aún más el predominio cultural del sistema sexagesimal. De hecho, el sistema geométrico religioso de los babilonios es verdaderamente curioso; por ejemplo trazar los arcos era una materia sagrada que debía hacerse con una regla no graduada y un compás por obligación, aunque de eso hablaremos en otro momento.

Muy posteriormente, durante el Califato Omeya, el sistema sexagesimal fue empleado por los árabes tanto para contar el tiempo como para la geometría y trigonometría que había evolucionado de los ancestros babilónicos, pasando por el viejo Egipto y muchas otras culturas. Fueron precisamente los árabes quienes asentaron el uso del sistema sexagesimal en la cultura moderna, ya que durante casi 500 años ostentaron todo el potencial científico sin discusión. Al igual que en su momento los babilonios trazaron las primeras líneas para que los árabes utilizaran su sistema años después, estos cimentaron el uso del sistema sexagesimal tal y como lo conocemos hoy día. Y por muy curiosos que resulte todavía sigue funcionando a la perfección.

Fuente :  hipertextual.com