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¿Es el padre de la fotografía padre también del motociclismo?

La historia del la motocicleta


La letra pequeña con la que a veces se escribe la historia, nos cuenta a muchos detalles sorprendentes, como por ejemplo el que hoy nos ocupa: La relación del motociclismo con el origen de la fotografía.

Ambas disciplinas tienen un origen incierto y a las dos se les han ido añadiendo mejoras que hacen que tanto las motocicletas como las fotografías que conocemos hoy no tengan un solo inventor si no varias mentes brillantes que las fueron perfeccionando.

La motocicleta nace lógicamente de la bicicleta y ésta a su vez de la dresina (la bicicleta sin pedales). Habitualmente se atribuye el invento de la bicicleta a Leonardo da Vinci, aunque muy imprudentemente dado que el Codex Atlanticus (1490) en el que aparece el diseño de una bicicleta propulsada por cadena y pedales.



¿De verdad inventó Leonardo la bicicleta aparecida en el Códice Atlanticus?
Este sorprendente diseño hizo sospechar al físico e historiador del arte alemán Hans-Erhard Lessing que llegó a la conclusión de que dicho invento no era de Leonardo da Vinci sino que fue una falsificación sobre el códice original realizada entre 1967 y 1974.

Quizás por ello todo apunte a que el primer antecedente de los ciclomotores sea la dresina inventada por el aristócrata alemán Karl Freiherr von Drais. Este como otros inventos automovilísticos surgidos en el siglo XVIII tienen su origen en la subida del precio de la avena. Un detalle aparentemente irrelevante hoy día pero que entonces hizo replantearse la rentabilidad económica de los caballos como fuerza motriz.

Karl Freiherr von Drais inventor de la dresina, un medio de transporte que no necesitaba avena.

Hacia 1839 gracias al escocés Macmillan se le añadirán los pedales, incluso a causa de las modas se incorporaron cabezas de dragón o caballos a modo de manillares a aquellas primitivas dresinas.

De este modo y poco a poco la bicicleta fue evolucionando hacia el velocípedo, la bicicleta de rueda alta… y con el paso de las décadas a la motocicleta.

La bicicleta de rueda alta, típica del siglo XIX.

Pero volvamos unos años atrás a 1818 justo el año en el que Karl Freiherr von Drais recibe el reconocimiento por su invento de la dresina.

En ese momento en la Chalon-sur Saône, una localidad del sur de Francia, dos hermanos que habían adquirido uno de estos aparatos eran los hermanos Nicéphore y Claude Niépce, de 54 y 55 años respectivamente.

La mente inquieta de estos hermanos les había hecho inventar numerosos ingenios que iban desde la maquinaria hidráulica a la botánica, pasando por la química e incluso desarrollos ópticos que hicieron considerar a Nicéphore como el verdadero precursor de la fotografía (más tarde eclipsado por Louis Daguerre).

Lo interesante en este sentido es que el primer fotógrafo conocido, sintió una verdadera fascinación por la dresina.

Gracias a la correspondencia epistolar de ambos sabemos que en noviembre de ese mismo año Nicéphore ya había inventado un asiento regulable y las ideas no se quedaron ahí, pues como le decía su hermano Claude:

"J’apprendrai avec grand plaisir de nouveaux details de cette nouvelle invention, surtout si comme tu en as l’intention tu viens à bout de la rendre plus parfaite" ("Aprenderé con mucho gusto nuevos detalles de esta nueva invención, sobre todo si como pretendes, vas a llegar hasta el final para hacerla más perfecta").

En septiembre de 1824 lo que encontramos es otra carta dirigida esta vez en sentido inverso, Nicéphore escribiendo a Claude, relatándole un descubrimiento a propósito de la dresina, llamada por entonces velocípedo:

“No sé si he tenido el placer de enviarte a tiempo, tuve que mover mi velocípedo con dos resortes laterales que encontraron un punto fijo, para hacer el movimiento progresivo en ambas piernas articuladas, en la carrocería del vehículo; pero las piernas fueron de doble articulado; porque sin ello el movimiento no podía tener dirección. No he respondido a la idea, porque falta lo más importante; es decir, un motor de consumo.”

La idea que se desprende de estas líneas en apariencia disparatada (pues estaría hablando de la motocicleta a principios siglo XIX) no lo es tanto si se tiene en cuenta un detalle. Los hermanos Niépce habían inventado años atrás el pireoloforo, un motor de combustión interna que quién sabe si pensaron en adaptar a la dresina o velociclo.

Lo cierto es que independientemente de fabricarlo o no, la idea que rondaba en la cabeza de Nicéphore Niépce era construir un velomotor o lo que es lo mismo, una motocicleta.

Hubo que esperar 43 años para que el estadounidense Sylvester Howard Roper aplicara el motor de vapor a la velociclo iniciándose así la historia oficial del motociclismo, relegando al olvido la carta de Nicéphore Niépce. Quedando para siempre la duda de si el padre de la fotografía, lo fue también del motociclismo.

Fuente foto portada: ferriz.com.mx