La semana pasada estuve viendo documentales musicales, como cada año, en una nueva edición de Festival Inedit. Uno de los films más destacados era sin duda la aproximación (excesivamente larga para mi gusto) que hizo Martin Scorsese a la figura de George Harrison. De entre todo el largo metraje me fascinó especialmente el apartado inicial, la primera época de los Beatles y, sobre todo, su paso por la ciudad de Hamburgo, un paso definitivo para la carrera del grupo.
Lo curioso es que esta película me trasladó muchos años atrás cuando un viejo turista belga, Guido, que acudía con frecuencia a la cafetería de mis padres me contó una apasionante historia de cómo conoció a los Beatles en los antros de la ciudad de Hamburgo cuando aun no los conocía nadie. Fue sin duda un afortunado, quizás más que aquellos que vieron los primeros escarceos del grupo de Liverpool en el mítico The Cavern (que simultaneaban con sus giras en Hamburgo). Los verdaderos Betales que saltaron a la fama internacional y revolucionaron el mundo de la música nacieron sin duda de las calles de Hamburgo, una ciudad gamberra en esa época que les cambió la vida.
Los Beatles estuvieron actuando en diferentes clubs de la ciudad durante el periodo de agosto de 1960 a diciembre de 1962, perfeccionando su sonido, renovando su imagen y estética gracias a la amistad que trabaron con los artistas Astrid Kircherr, Klaus Voormann y Jürgen Vollmer, y realizando su primera grabación que llamaría la atención del productor Brian Epstein, el hombre que les llevaría a la fama.
Los Beatles llegaron a Hamburgo en agosto de 1960, una ciudad que contaba con muy mala fama en Europa, como la capital alemana del vicio, el crimen y la prostitución. Pero Hamburgo también contaba con una envidiable cultura de clubs de rock y de jazz como el Indra, Kaiserkeller, Top Ten, o el mítico Star-Club, todos ellos en el popular barrio de St. Pauli.
Durante estos dos años, con un pequeño interludio en el fueron deportados George Harrison por ser menor de edad y Paul McCartney y Pete Best por provocar un incendio al prender fuego a un condon en su habitación, actuaron horas y horas en la mayoría de estos clubs de la ciudad ante enfervorizados fans que les reclamaban que tocasen cada vez más fuerte. Poco a poco fueron perfeccionando su sonido característico diferenciándose de las otras bandas del momento e incluso de ellos mismos. Rompieron su estética clásica de rockeros adolescentes importada de EEUU para entrar un punto de madurez estética muy personal que reforzó su identidad como grupo icónico.
La experiencia hamburguesa de los Beatles no solo les afectó musicalmente, evidentemente para cinco chicos de Liverpool de apenas 18 años vivir esa experiencia en uno de los barrios más gamberros de Europa les marcó para siempre. Las mujeres que conocieron en Hamburgo, distaban mucho de las mojigatas jovencitas inglesas de sus primeros escarceos amorosos, les mostraron todo un mundo nuevo de sensaciones extraordinarias en el que mucho tuvieron que ver también los litros de alcohol y las ingentes cantidades de pastillas de Preludin que les mantenían despiertos horas y horas.
Su grabación del seminal disco The Beatles: Live! at the Star-Club in Hamburg en el fin de año de 1962 a 1963 les abriría la puerta de la fama de la mano del productor Brian Epstein en su Liverpool natal. Pero como recordaría John Lenon años después: “Puede que haya nacido en Liverpool, pero sin duda crecí en Hamburgo”.
Durante estos dos años, con un pequeño interludio en el fueron deportados George Harrison por ser menor de edad y Paul McCartney y Pete Best por provocar un incendio al prender fuego a un condon en su habitación, actuaron horas y horas en la mayoría de estos clubs de la ciudad ante enfervorizados fans que les reclamaban que tocasen cada vez más fuerte. Poco a poco fueron perfeccionando su sonido característico diferenciándose de las otras bandas del momento e incluso de ellos mismos. Rompieron su estética clásica de rockeros adolescentes importada de EEUU para entrar un punto de madurez estética muy personal que reforzó su identidad como grupo icónico.
La experiencia hamburguesa de los Beatles no solo les afectó musicalmente, evidentemente para cinco chicos de Liverpool de apenas 18 años vivir esa experiencia en uno de los barrios más gamberros de Europa les marcó para siempre. Las mujeres que conocieron en Hamburgo, distaban mucho de las mojigatas jovencitas inglesas de sus primeros escarceos amorosos, les mostraron todo un mundo nuevo de sensaciones extraordinarias en el que mucho tuvieron que ver también los litros de alcohol y las ingentes cantidades de pastillas de Preludin que les mantenían despiertos horas y horas.
Su grabación del seminal disco The Beatles: Live! at the Star-Club in Hamburg en el fin de año de 1962 a 1963 les abriría la puerta de la fama de la mano del productor Brian Epstein en su Liverpool natal. Pero como recordaría John Lenon años después: “Puede que haya nacido en Liverpool, pero sin duda crecí en Hamburgo”.
Para saber más: Wikipedia
Fuente : mrdomingo.com