¿La Tierra gana o pierde peso?
Para hacer algo tan sencillo como calcular la masa corporal que pierde un cuerpo humano basta con hacer un seguimiento en la báscula durante un rango de tiempo. Pero cuando lo que se quiere calcular es la pérdida de masa de algo tan gigante como nuestro planeta no parece tan sencillo. Sin punto de apoyo no hay palanca y, como diría Arquímedes, sin palanca no se puede ni mover ni tampoco pesar La Tierra. Los cálculos físicos dan cifras basadas en densidades medias o de peso estimado si se calcula mediante la constante de gravitación universal ¿Cómo hacerlo entonces?
Para calcular la pérdida de masa de algo tan grande como el planeta Tierra hay que valorar el peso de la materia y energía que se escapa y la que entra ¿Qué expulsa al espacio nuestro planeta? ¿Cómo gana peso? Varios equipos de científicos han intentado evaluar la eficacia del sistema. Por ejemplo la NASA o el doctor Chris Smith, un microbiólogo médico y locutor de la BBC, que han intentado estudiar y explicar los factores implicados.
La primera reflexión es tan evidente como física: la Tierra es un sistema más o menos autónomo. Las masas y energías se trasforman ni se destruyen ni se crean de la nada. Por ejemplo, la combustión del petróleo extraído y convertido en gasolinas que se evaporan, por ejemplo, empeoran el cambio climático por exceso de CO2 pero no producen una disminución de la masa general porque al ser materiales pesados vuelven a este ‘ecosistema’ energético. Lo mismo con generaciones y generaciones de seres vivos.
Debido a la gravedad, nuestro planeta actúa como una gran aspirador para el polvo y material que vaga por el espacio. La mayor cantidad de material que gana anualmente la Tierra iene del cielo, y no son grandes asteroides (que también): casi 40.000 toneladas de polvo espacial entra por nuestra atmósfera cada año. Una nimiedad si nos atenemos a la cifra de la masa de La Tierra que ya calculó el físico inglés Henry Cavendish en 1798: 6.600 trillones de toneladas.
Pero hay otra razón que hace aumentar la masa de nuestro planeta y que se tiene poco en cuenta, y es el calentamiento global. La NASA ha calculado que la Tierra está ganando energía debido al aumento de las temperaturas. El doctor Smith ha calculado que esta energía aumenta la masa de la Tierra en una cantidad ínfima, pero que crece conforme se acentúa su efecto: actualmente unas 160 toneladas al año.
La energía y la masa están íntimamente relacionadas. Todo el mundo entiende que el Sol pierde masa porque desprende mucha energía, y ésta se dispersa por el espacio Pero para entender esa pérdida y su relación en peso de la energía que nos llega basta un ejemplo gráfico: si cubriéramos la Tierra de paneles solares para capturar toda la energía que viene del Sol solo aumentaríamos nuestra masa en dos kilogramos al segundo. Unas 60.000 toneladas al año. Así que sin paneles la ganancia es infinitamente menor.
¿Y cómo perdemos peso? Cada año unas 95.000 toneladas de hidrógeno se escapan de la atmósfera hacia el espacio. El gas es tan ligero que unos tres kilogramos se escapan cada segundo junto con otro gas ligero, el helio, que lo hace pero en menor medida: solo 160 toneladas.
Otra reacción que produce pérdida de energía y, por lo tanto de masa, es la que se produce en el núcleo de la Tierra. Una especie de reactor nuclear gigante con pérdida de masa, aunque dicha pérdida sea despreciable en la escala global.
En resumen: el balance es casi insignificante. La Tierra pierde al año unas 50.000 toneladas de masa, lo que equivale al peso de las nuevas puertas del Canal de Panamá. Algo gigante para el hombre, pero desdeñable para nuestro planeta.
La primera reflexión es tan evidente como física: la Tierra es un sistema más o menos autónomo. Las masas y energías se trasforman ni se destruyen ni se crean de la nada. Por ejemplo, la combustión del petróleo extraído y convertido en gasolinas que se evaporan, por ejemplo, empeoran el cambio climático por exceso de CO2 pero no producen una disminución de la masa general porque al ser materiales pesados vuelven a este ‘ecosistema’ energético. Lo mismo con generaciones y generaciones de seres vivos.
Debido a la gravedad, nuestro planeta actúa como una gran aspirador para el polvo y material que vaga por el espacio. La mayor cantidad de material que gana anualmente la Tierra iene del cielo, y no son grandes asteroides (que también): casi 40.000 toneladas de polvo espacial entra por nuestra atmósfera cada año. Una nimiedad si nos atenemos a la cifra de la masa de La Tierra que ya calculó el físico inglés Henry Cavendish en 1798: 6.600 trillones de toneladas.
Pero hay otra razón que hace aumentar la masa de nuestro planeta y que se tiene poco en cuenta, y es el calentamiento global. La NASA ha calculado que la Tierra está ganando energía debido al aumento de las temperaturas. El doctor Smith ha calculado que esta energía aumenta la masa de la Tierra en una cantidad ínfima, pero que crece conforme se acentúa su efecto: actualmente unas 160 toneladas al año.
La energía y la masa están íntimamente relacionadas. Todo el mundo entiende que el Sol pierde masa porque desprende mucha energía, y ésta se dispersa por el espacio Pero para entender esa pérdida y su relación en peso de la energía que nos llega basta un ejemplo gráfico: si cubriéramos la Tierra de paneles solares para capturar toda la energía que viene del Sol solo aumentaríamos nuestra masa en dos kilogramos al segundo. Unas 60.000 toneladas al año. Así que sin paneles la ganancia es infinitamente menor.
¿Y cómo perdemos peso? Cada año unas 95.000 toneladas de hidrógeno se escapan de la atmósfera hacia el espacio. El gas es tan ligero que unos tres kilogramos se escapan cada segundo junto con otro gas ligero, el helio, que lo hace pero en menor medida: solo 160 toneladas.
Otra reacción que produce pérdida de energía y, por lo tanto de masa, es la que se produce en el núcleo de la Tierra. Una especie de reactor nuclear gigante con pérdida de masa, aunque dicha pérdida sea despreciable en la escala global.
En resumen: el balance es casi insignificante. La Tierra pierde al año unas 50.000 toneladas de masa, lo que equivale al peso de las nuevas puertas del Canal de Panamá. Algo gigante para el hombre, pero desdeñable para nuestro planeta.
Fuente : http://www.cienciaxplora.com/